Desde que decidí hacerme cargo de la Delegación de Proyecto Gran Simio en Castellón, he vivido momentos de verdadera pasión y momentos de dudas, pero he superado todo porque había unos seres que con su mirada me hablaban y me pedían de alguna manera que les prestara mi voz. Conforme leía y leía informes científicos acerca de los bonobos, orangutanes, gorilas y chimpancés, entendía que en sus cabecitas hay "algo más". Sólo el hecho de que estos seres se comuniquen con nosotros a través del lenguaje de signos o del ordenador, es signo evidente de que nos siguen y muy de cerca en la escala de la evolución.Siempre sentí debilidad por ellos, y ahora esa debilidad se ha convertido en una gran pasión.
Me queda mucho por aprender en este largo camino. De hecho hay científicos que llevan toda su vida estudiando a los Grandes Simios y siguen sorprendiéndose. Y hoy puedo decir que si algo he aprendido, la lección más grande que he recibido de estos homínidos no humanos es que nunca, jamás, se debe tirar la toalla , hay que luchar para conseguir cambiar las cosas y para conseguir un mundo mejor.
Me decidí por Proyecto Gran Simio tras visitar Malasia y comprobar con mis propios ojos la destrucción de la jungla que está poniendo en jaque mate a los orangutanes para conseguir biocombustibles . Esta organización tenía un importante apoyo científico como respaldo y me gustaron desde el principio porque iban directos al grano, es decir, no se conformaban con defender a los Simios sino que querían ir más allá, querían conseguir protegerlos "por escrito". Además era una organización activa en la protección de los hábitats de los Grandes Simios, cuyos territorios están siendo quemados y deforestados "a saco" y que además esta destrucción afecta directamente al calentamiento Global del planeta.
Tras observar una tarde a los orangutanes en Singapur, ver cómo me miraban, con una mirada pura, sin dobleces, noble...y tras enterarme de la maleza que se está haciendo en Indonesia con sus "casas" y con ellos, escribí a Pedro Pozas, el director del Proyecto, y siguiendo un impulso de mi corazón me lancé a esta aventura, un tanto asustada y al mismo tiempo llena de emoción por todo lo que se me avecinaba.
Tenía clara una cosa, para defender algo hay que conocerlo, así que comencé a devorar libros sobre ellos, para poder defenderlos dignamente y poder de este modo frenar los ataques que provengan de la ignorancia. Desde hace seis meses me he emocionado en numerosas ocasiones leyendo historias reales de Grandes simios, han entrado de lleno en mi corazón, me han hecho reír y me han hecho llorar, sobre todo al leer casos de cómo algunos seres humanos se han aprovechado de la inocencia tan pura y linda que conservan los Simios, cómo algunos de mi especie les han maltratado sin escrúpulos, algunos que dicen ser "humanos"...y estás acciones crueles con ellos me han hecho sentir avergonzada...
Sin embargo, hoy he llorado, he reído y he saltado de pura alegría. Hoy he sentido que he hecho bien en creer que hay luz al final del túnel. Hoy estoy orgullosa de mi país, porque hoy se ha aprobado la proposición No de Ley sobre los derechos de los Grandes Simios. Hoy , 25 de Junio de 2008, es un día histórico en la lucha por los derechos de los animales. España se convierte en el Primer Parlamento Nacional del Mundo que se adhiere a los objetivos del Proyecto Gran Simio defendiendo los tres derechos fundamentales que Proyecto Gran Simio pedía para nuestros hermanos evolutivos: El derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a no ser maltratados ni física ni psicológicamente.
Quizás gracias a este gran avance logremos evitar que estos homínidos humanos desaparezcan. Lo que si está claro es que, al menos sus vidas van a mejorar, porque ahora hay una base sólida que los protege. Gracias a todos aquellos que han colaborado, a todos aquellos que han dado la cara apostando por este proyecto.
Y personalmente , quiero dar las gracias a dos Pedros, a Pedro Pozas : "Jefe, gracias por ofrecerme la oportunidad de vivir emociones como la de hoy y por haber puesto tú confianza en mí, gracias por haber luchado tantos años para que mis hijos mañana puedan disfrutar como yo de los Grandes Simios, gracias por haber permanecido firme y haber nadado a veces contracorriente, gracias por el ejemplo que nos has dado y gracias en nombre de los sin voz". Y luego unas palabritas a Mi Pedro: "Tete, gracias por no dejarme abandonar cuando las críticas me afectaban, gracias por cada palabra y por enseñarme que un granito de arena es un montón cuando se junta con otros. Gracias por obligarme a CREER EN MI. Te quiero 1000".
Finalmente, brindo POR ELLOS y por todo lo que me han dado sin pedir nada cambio y porque al final esta victoria es PARA ELLOS, que quizás no tengan voz pero si formas de comunicarse. GRANDES SIMIOS ¡GRACIAS POR EXISTIR!.
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